Mtra. María Mercedes Soler Florentino

Mtra. María Mercedes Soler Florentino

María Mercedes Soler Florentino fue una distinguida educadora y profesional de la salud, cuyo legado perdura en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y en la comunidad académica de San Juan de la Maguana. Su vida estuvo marcada por un profundo compromiso con la educación, la salud y el desarrollo de la educación superior en la región.

Nació en la sección La Estancia, Las Matas de Farfán, hija de Leonidas Soler y María Augusta Florentino Cairo. Su formación académica comenzó en la Escuela Damián David Ortiz y continuó en el Liceo Mercedes María Mateo. En 1966, se trasladó a Santiago de los Caballeros para cursar la licenciatura en Enfermería, obteniendo su título en 1970. Su vocación por la enseñanza y la salud la llevó a alcanzar una maestría en Salud Materno-Infantil y Adolescente en 1996, y en 2002, obtuvo el grado de Doctora en Medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Su carrera docente inició en 1977, cuando ingresó como profesora en la UASD. Con el tiempo, su liderazgo y visión la llevaron a ser elegida directora del Centro Universitario Regional del Oeste (CURO) para el período 2002-2005. Durante su gestión, promovió significativos avances en la expansión y fortalecimiento de la educación superior en la región. Logró la adquisición de terrenos para la construcción de una sede universitaria, impulsó la contratación de profesores residentes y mejoró la infraestructura académica mediante la apertura de laboratorios. Además, fomentó la creación de programas de posgrado y maestrías en diversas áreas del conocimiento.

Uno de sus mayores logros fue la transformación de la carrera de Informática, elevándola de nivel técnico a licenciatura, lo que permitió la formación de profesionales altamente capacitados en la región. Su gestión se caracterizó por un liderazgo inclusivo, promoviendo una relación armoniosa entre estudiantes, docentes y la comunidad en general.

El legado de la maestra Soler Florentino en la educación superior y en la formación de profesionales de la salud es invaluable. Su fallecimiento dejó un profundo vacío en la comunidad académica, pero su trabajo y dedicación continúan inspirando a futuras generaciones de educadores y profesionales.

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