Rufina Báez Zabala

Rufina Báez Zabala

Maestra de Historia y Antropología

Rufina Báez Zabala, nació en San Juan de la Maguana, es la sexta hija de los señores Rufina Zabala, quien era costurera...

Nació en San Juan de la Maguana, es la sexta hija de los señores Rufina Zabala, quien era costurera (a las cuatro de la madrugada ya estaba sentada en la máquina); y Manuel Emilio Báez, se dedicó desde su juventud a trabajos de construcción. 

Producto de ese matrimonio fueron procreados seis hijos, de los cuales la maestra Rufina es la más pequeña. Sus hermanos son: Clara, Dilcia, Ángel (quien sentía ser su padre, y como tal la trataba), Ana, y Gilberto; para Rufina, tenerlos a ellos es una muestra de la misericordia de Dios en su vida.

Les encanta juntarse en el patio materno, reír, contar chistes, y las anécdotas de su niñez. Aunque creció en un hogar de humilde condición económica, sus padres se ocuparon de que no les faltara nada. Su madre compraba las mejores telas para sus vestidos, pues decía que sus hijos tenían que usar la mejor calidad. Recuerda que su madre siempre decía: “Nadie en la calle tiene que saber de su necesidad, cuando tenga hambre, póngase su mejor vestido y color en los labios”. 

Tuvo una infancia feliz, al ser la menor de la casa, fue criada protegida por sus padres, y consentida por sus hermanos, quienes siempre estuvieron dispuestos a todo para defenderla. Recuerda, que en el barrio se organizaban actividades culturales, como festival de la voz y desfiles de reinado, donde llegó a participar varias veces como reina.

Se mantenía siempre al lado de su madre, observándola coser, mientras ésta le cantaba canciones de las que ella aprendió en su niñez. La Reina Madre, como ella le llama, es su mejor ejemplo a seguir en la vida, a quien le debe una fuerte formación en valores, el temor de Dios, el amor a la familia, y el amor al trabajo. Mujer valiente, luchadora, de las que no se gana el pan de balde; en esencia su Reina Madre es para ella una mujer virtuosa, como esa de la Biblia, en Proverbios 31: 10-31.

Inició sus estudios primarios en la Escuela Enriquillo, y aunque la vida escolar iniciaba a partir de los seis años, fue admitida a los cinco años, dado su fuerte interés por el estudio. Recibió de su madre las primeras lecciones de alfabetización, a pesar de que ésta no sabía leer ni escribir, su madre, también sembró en ella la pasión por la enseñanza.

A partir del 2do grado, cursó estudios en la Escuela Mercedes Consuelo Matos, donde también era amada y consentida por sus maestros, pues era muy aplicada y con muy buena disciplina. A pesar de que era muy tímida, compartía y tenía muy buena relación con sus compañeros.

Realizó sus estudios secundarios en el Liceo Pedro Henríquez Ureña, logrando hacerse bachiller a corta edad, por lo que no pudo ingresar de inmediato a formarse como docente en la Escuela Normal Urania Montás, actualmente Instituto de Formación Docente Salomé Ureña y tuvo que esperar otro año para ser admitida. El día que le llegó la comunicación de admisión, su madre hizo gran algarabía con los vecinos, porque se sentía súper feliz.

Hizo estudios técnicos en la Escuela Normal Urania Montás, de donde egresó como Maestro Normal Primario; después de estar en el ejercicio docente hizo licenciatura en Ciencias Sociales y en Contabilidad en la Universidad Central del Este (UCE), aunque no ejerció ésta última carrera. Continuó preparándose, así que cursó programas de maestría en Enseñanza Superior, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y Ciencias Sociales orientada a la Investigación y a la Enseñanza, en el Instituto Superior de Formación Docente Salome Ureña (ISFODOSU), siempre contando con el apoyo de su esposo, y la comprensión de su familia.

Fue presidenta del Club Juvenil Activo 20-30, período en el que fue iniciándose en actividades sociales, y fue dejando un poco la timidez.

Decidió ejercer por completo la docencia, a pesar de que no era una profesión bien remunerada, pues con ese ideal la formó su madre, y tuvo como ejemplo a su hermana Dilcia, quien fue la primera profesora de la familia, después de ella, casi todos los hermanos siguieron el mismo ejemplo.

Inició su vida laboral no formal haciendo interinidades en algunas escuelas, lo que le permitió tomar base práctica para iniciar en su propio trabajo, ejerciendo como maestra titular por primera vez en la Escuela Hato del Padre, de donde tiene muy bonitos recuerdos de sus compañeros y la comunidad. A los cinco años de estar en Hato del Padre, fue trasladada a la escuela La Gallera, donde completó sus años de servicio.

Trabajó a medio tiempo en el Centro Cristiano de Educación Integral, donde tuvo la oportunidad de colaborar en las diversas jornadas de capacitación del personal docente. 

Siempre está realizando cursos de capacitación, diplomados, talleres, participando en seminarios; siguiendo el consejo que su madre siempre le daba, de que “Tú no puedes dejar de estudiar, tienes que seguir preparándote”.

La Mtra. Rufina, está casada desde 1993 con el señor José Valentín Pérez, fruto de ese matrimonio fueron procreados cuatro hijos, cada uno de ellos compone un trozo de su alma.

Su hijo mayor es Joás Valentín, músico (a quien identifica con el versículo bíblico en Mateo 3:17); le sigue Alma José, psicóloga (considerándola su cachorrita, su alma), el tercero es José Valentín, estudiante de Lenguas Modernas (llamándolo su negro, su flaco), y Joseas Valentín, estudiante de Ingeniería en Sistemas (su bebé).

Ella y su esposo criaron a sus hijos enseñándoles los principios cristianos, y han trabajado duro para apoyarles a desarrollarse en las áreas que ellos han elegido. Para ella sus hijos son su impulso para seguir, su talón de Aquiles, su Adamantium, su Kryptonita. 

Le gusta reír y divertirse con su familia, salir juntos, fortalecer los lazos, por eso celebran como familia cada evento importante, como son los cumpleaños y aniversarios.

En el ámbito familiar también incluye a sus hermanos en la fe, quienes les han sustentado con sus oraciones. Conoció al Señor antes de casarse, y junto a su esposo formaron su familia en los caminos de Dios, en la Iglesia Evangélica Menonita Central. Recibió sus primeras enseñanzas de los pastores Dionio Valdez y Eunice de Valdez, quienes han sido guías en su vida. Dos personas muy importantes en su vida son los pastores Tony Arias y Yuderka de Arias, quienes le dieron apoyo más allá de lo espiritual en momentos verdaderamente difíciles. 

Llega a trabajar en el ámbito universitario en el Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña, recinto Urania Montás, siendo Vicerrector en ese momento el Mtro. Rubén Zabala Moreta, quien dio apertura a un grupo de profesionales preparados, dentro de los cuales se encontraba la maestra Rufina, deseosos por poner sus conocimientos al servicio de la formación docente, y a los cuales no se le había dado la oportunidad. Él apostó a esos maestros, creyendo en ellos, y abriéndoles las puertas del Instituto.

Se integró al cuerpo profesoral de la UASD, tras participar en un concurso de oposición en la cátedra de Historia Dominicana, resultando ella la única aprobada de todos los concursantes de la provincia de San Juan. 

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